Categories
cine

500 días juntos / (500) days of summer

500DaysPoster

Que el género romántico es de los más devaluados en el cine reciente es un hecho incontestable. Culpa de ello la tienen subproductos realizados a mayor gloria de Sandra Bullock, Meg Ryan, Kate Hudson, Mathew McConaughey o Hugh Grant. También es cierto que algunos de ellos, en escasas ocasiones, han protagonizado algunos buenos ejemplos de lo que puede dar de sí el género (Cuatro bodas y un funeral, Adictos al amor). Lo curioso es ver el punto en común de las películas que menciono con estos “500 días con Summer” (que sería el título correcto): son alabanzas al hecho romántico realizadas desde la negación del amor. Me explico. La mecánica es la siguiente: no basta con estar enamorado, no basta con que la persona amada sea la perfecta para ti, tú también tienes que ser la perfecta para ella y tal vez lo que pasa es que no os habéis encontrado en el momento adecuado (Before sunset, Before sunrise). Es ese poso de amargura lo que hace que una comedia romántica alcance una cuota suficiente de identificación. Porque sabemos que no todo es color de rosa y cuanto más subamos, más dura será la caida.

En “(500) days of summer” vemos, siempre desde el imparcial y subjetivo punto de vista del protagonista, la ascensión al cielo del amor y la posterior caida al infierno del desamor de Tom hacia Summer. Al existir este escrupuloso respeto del punto de vista, la mencionada Summer es alternativamente lo mejor y lo peor que podemos encontrar en una mujer. Y como los guionistas son dos “señores” no escatiman en que se les note resentidos pero a la vez maravillados por el género femenino. Joseph Gordon-Levitt, con su perpetua cara de me-acabo-de-despertar, representa al hombre moderno que creemos que a toda chica le debe gustar: sensible, moderado, tierno, mono; estereotipo inaugurado por Ethan Hawke y que, desafortunadamente, nos hemos terminado creyendo. Ella, Zoey Deschanel (no puedo abrir más los ojos porque es humanamente imposible), es la chica perfecta para ese tipo de hombre: divertida, locuela, mona, independiente. ¿Y cual es el problema?. Pues que ella no está lo suficientemente enamorada de él, o al menos no como sí lo está él. Así de simple. Y ahí está la propuesta que hace que estos “500 días con Summer” se eleven como la mejor comedia romántica desde Alta fidelidad (con la que comparte su gusto musical).

Porque en el fondo lo que hace que una relación funcione es la distancia que haya entre las expectativas y la realidad. Porque todos nos hemos sentido como si estuviésemos en un musical y quisiésemos cantar nuestro amor a los cuatro vientos. Porque todos hemos sentido que estábamos en una película de Bergman y que nuestra existencia no tenía sentido. Porque todos hemos estado devastados cuando nos rompían el corazón y nos decían que nos querían mucho, pero que nos querían tanto. Porque todos hemos roto el corazón de alguien y lo hemos pasado mal al no saber/querer corresponder. Porque todos hemos sido en algún momento Tom, pero también hemos sido Summer. Porque un día te despiertas, tienes la claridad de saber lo que sientes y no quieres engañar a nadie (y mucho menos a ti mismo).

Pero también sabemos la oportunidad puede aparecer en cualquier sitio. Y que después del verano viene el otoño.

joseph-gordon-levitt-zoey-deschanel


Categories
general

En tercera persona

El viernes Paco fue con sus amigos a comer al Maitetxu. Hacía mucho tiempo que no se reunía con todos ellos en un día laborable. Antes había estado en la oficina y se había tomado una cerveza con Richard. Estos homenajes crean unidad y les hacen sentir como una familia. Como toda familia que se precie cada uno asume su papel: no va a ser Paco el que asigne esos papeles, sería muy pretencioso por su parte, pero que cada uno se asigne el que mejor le convenga a sus intereses personales, es decir, a su ego.

carnaza

Como siempre ha pasado en el Maitexu, lo que comenzó siendo un simple “vamos a comer”  derivó en un recital de carnaza y muchas patatas fritas. La conciencia de Enrique no paraba de dar la brasa y las dietas coparon la conversación buena parte del tiempo. Todo ello regado de buen vino. Paco llegó en la motaca de Sergio y al subir se dio un tirón en la cadera, que ya le duró todo el fin de semana. Belén disfruto más tarde de otro recorrido en mencionado bólido con el fin de recoger a Martina, que, gustosamente, se unió a la fiesta.

gin tonic

La jornada continuó en la Maison Blanche. Gin tonics para todos, aunque algunos más azulados que otros. Martina les acompañó con un batido de chocolate y Andrés le cogió el gusto a hablar en tercera persona. La cosa se iba animando y, como se suele decir, estaban dispuestos a darlo todo. El alcohol, y los gin tonics en concreto, tienen ese efecto exaltador de la amistad, motor del júbilo y olvido de lo males. De ahí a casa de Enrique sólo le separaba otro viaje en moto y cuatro tramos de escaleras.

chaiselong

Ya en la morada de Enrique se vivieron varios momentos cuanto menos surrealistas: montaje de una cheslong de Ikea, música black para follar seguido de una selección de música brasileña y, finalmente, una lista compartida que es como muy 2.0 (que para eso son ellos tan modernos). Después ocurrieron varias cosas que Paco no está autorizado a contar bajo directa amenaza de muerte. Sólo decir que llegó la hora de cenar y parecía que lo del Maitetxu no había pasado nunca, tal era el hambre. Paco y Richard revivieron varios momentos de décadas atrás a través de la selección musical y Sergio accedió a ser educado en el humor. Mientras, Martina miraba extrañada a Enrique.

karate kid

A las once llegó el momento de la retirada. La noche estaba a punto de acabar pero aún quedaban ocho tramos de escalera (cuatro de Enrique y otros cuatro de Paco) que terminaron de fundir las piernas y caderas del mencionado Paco. Al día siguiente, el cansancio y las agujetas eran patentes en la familia Casado: Belén vio Karate Kid, mientras Martina intentaba descifrar por qué se enfadaba el abuelito y Paco yacía en el sillón. Fue un día especial, donde todos se lo pasaron muy bien.

Categories
cine

Anticristo

Antichrist

Por el mes de mayo David y yo nos hartamos de reír con la crónica que el Boyero hizo de Anticristo. Más o menos venía a decir que al que le hubiera gustado esta película era “para darle una de hostias”. Esta claro que no es una película para todos los gustos, que es lo mismo que no decir nada, porque ninguna película es para todos los gustos. Yo más bien diría que es la típica película que no recomendaría a nadie. Me explico. No quiero que nadie vaya a ver esta película por lo que yo escriba. Y, con lo bien que me cae, no quiero que el Boyero me hinche a hostias. Pero que tengo que decir que me gustó “Anticristo“.

El talento visual de Lars Von Trier es innegable; incluso en “Los idiotas”, donde empezó a utilizar el vídeo como formato de grabación, existía una extraña belleza inherente a la inmediatez del formato. Aquello era hace diez años y la tecnología avanza que es una barbaridad. Y esta evolución queda patente en “Anticristo”: sigue habiendo esa inmediatez, esa cámara al hombro, pero la belleza de las imágenes está más depurada. Y esta depuración estilística la aplica también a la historia. Dos personajes y punto. Pero vaya dos personajes: una escritora francesa deprimida, medio poseida y un punto histérica; y un psicólogo americano arrogante, pedante y bienintencionado. Ambos unidos por una tragedia. No quiero contar mucho de la historia, ni siquiera de la primera secuencia. Lo peor de “Anticristo” es que no somos vírgenes como espectadores. Ya nos han contado los “momentos cumbres” y estamos sobre aviso. Ese estar sobre aviso resta el impacto de las salvajadas ideadas por el señor Von Trier, pero sería injusto valorar esta película por esos tres o cuatro momentos límites.

David decía que las feministas tienen que estar que trinan con la película; pues anda que lo psicólogos tienen que estar buenos. El personaje interpretado por Willem Dafoe, psicólogo profesional, es de un naïf intelectual que echa para atrás. En su intento por ayudar a su mujer a salir de la depresión tira de todos los clichés de psicólogos que pueda haber y claro ella llega un momento que se harta de tanta tontería y lía la marimorena.

La naturaleza, como concepto, sería el tercer personaje y ahí es donde Lars se tira al vacío. Los árboles, los animales, la tierra, la niebla, el bosque… En la naturaleza reside el miedo y y reina el caos. El mundo no-creado-por-el-hombre es a lo que tememos más. Lo imprevisible y lo desconocido. La incertidumbre, como siempre, es la verdadera enemiga. Contra la naturaleza no podemos luchar. Y es lo que nos hace enloquecer. Ella no quiere aceptar lo que el destino le ha deparado. Él prefiere buscar coartadas para no ver la verdad. Y la naturaleza se venga y los pone en su sitio.

Categories
general series

Amistad masculina

Titus Pollus Lucius Vorenus Rome

Al final Roma se revela como la historia de una amistad y fidelidad masculina. La amistad de los dos rudos Tito Pullo y Lucio Voreno. Y a su vez sus respectivas fidelidades a Octavio y Marco Antonio. Ahí reside la maestría y la calidad de una serie como Roma: dentro del contexto histórico, moral y ético nos cuentan una historia universal. Dejo para más adelante lo moral y lo ético y me centro en la historia de amistad.

Lucio Voreno y Tito Pullo son dos soldados de la XIII Legión Romana. Existieron realmente. De hecho son los dos únicos soldados nombrados por Julio Cesar en sus escritos. Pero lo que interesa es lo que cuenta la serie Roma. Estos dos personajes van siendo movidos por los vaivenes de la Historia, y con sus pequeños actos también la modifican. Es decir, tan importantes son los “protagonistas” de la Historia Julio Cesar, Marco Antonio y Bruto, como los “secundarios” Pullo y Voreno. Y volvemos al ver la vida pasar o pasar por la vida. Ellos hacen ambas cosas. Tal vez ahí esté la clave.

Pullo y Voreno se respetan, evolucionan, cambian, se pelean, se odian, se reconcilian, se admiran y nos terminan mostrando uno de los mejores retratos de la amistad masculina que he visto ultimamente. La amistad masculina es muy cinematográfica. Más que la femenina. La amistad masculina es poco entendida por las mujeres. Muchas veces no entienden que hagamos ciertas cosas por nuestros “colegas” y que les perdonemos tan facilmente cuando nos fallan. La amistad masculina, al menos como yo la entiendo, es desprendida, generosa y poco rencorosa. Y también menos exigente.

Yo doy gracias por los amigos que tengo.

Gracias a todos.

Titus Pollus Lucius Vorenus Rome

Categories
cine general

Llorar

0783227906.01.LZZZZZZZconstant_gardener

Envidio a la gente que tiene la capacidad de llorar cuando se siente mal y se quedan tan a gusto. Yo no puedo. No me sale. Lo intento y queda más falso que un billete de 300 €. No sé qué es lo que me lo impide. De verdad que me encantaría hartarme de llorar durante diez minutos y decir: “Coño, que a gusto me he quedao”. Pero no hay manera. Como mucho se me humedecen los ojos un poquito viendo una película. Si acaso, una lagrimilla. Pero eso de la cara empapada y los ojos como huevos duros no lo he hecho en mi vida.

Y me gustaría hacerlo. Si sirviese de algo.

A estas dos películas les separa 12 años, pero les une que las personas con las que las ví lloraron como yo no lo he hecho nunca.