Category: cine
“Where is My Mind”
Oh – stop
With your feet in the air and your head on the ground
Try this trick and spin it, yeah
Your head will collapse
But there’s nothing in it
And you’ll ask yourself
Where is my mind [3x]
Way out in the water
See it swimmin’
I was swimmin’ in the Caribbean
Animals were hiding behind the rocks
Except the little fish
But they told me, he swears
Tryin’ to talk to me, coy koi.
Where is my mind [3x]
Way out in the water
See it swimmin’ ?
With your feet in the air and your head on the ground
Try this trick and spin it, yeah
Your head will collapse
If there’s nothing in it
And you’ll ask yourself
Where is my mind [3x]
Oh
With your feet in the air and your head on the ground
Oh
Try this trick and spin it, yeah
Oh
Oh
Coraline y el orgullo
Es estupendo estar orgulloso de un trabajo que haces. Igualmente, es magnífico sentirte orgulloso del trabajo de otros. Ver como los que te rodean van cumpliendo sus sueños, poco a poco, no hay prisas. Ver el crecimiento, el desarrollo. Nuca se termina. Nunca puedes decir “ya está, hasta aquí he llegado”.
Seguro que Henry Selick está muy orgulloso de “Pesadilla antes de Navidad“. Y seguro que le jode un montón que la gente piense que ésta es una película dirigida por Tim Burton. No importa. Este señor puede estar muy orgullos de haber dirigido “Los mundos de Coraline“. Quitarse la losa del señor Burton le habrá costado, pero lo ha conseguido. Coraline no desmerece en nada a la Pesadilla, si no tiempo al tiempo. Selick se marca una película “no para niños”. El principal nexo con aquella es esa palabra: Pesadilla. Nada está edulcorado. Malos sueños y el teatro. Como si David Lynch hubiese pasado por allí y hubiese puesto una cortina roja.
Estoy orgulloso.
Envidio a la gente que tiene la capacidad de llorar cuando se siente mal y se quedan tan a gusto. Yo no puedo. No me sale. Lo intento y queda más falso que un billete de 300 €. No sé qué es lo que me lo impide. De verdad que me encantaría hartarme de llorar durante diez minutos y decir: “Coño, que a gusto me he quedao”. Pero no hay manera. Como mucho se me humedecen los ojos un poquito viendo una película. Si acaso, una lagrimilla. Pero eso de la cara empapada y los ojos como huevos duros no lo he hecho en mi vida.
Y me gustaría hacerlo. Si sirviese de algo.
A estas dos películas les separa 12 años, pero les une que las personas con las que las ví lloraron como yo no lo he hecho nunca.
Es una alegría, y un poco putadilla a la vez, ver “Ponyo en el acantilado” con Martina al lado en el cine . No sabes para donde mirar. Si mirar a la pantalla, a la maravillosa magia del maestro Miyazaki, o a la cara de Martina, con la boca desencajada comiendo palomitas y embobada con la tele grande.
Es una alegría que un amigo te vea mal y te lleve al concierto de U2 el próximo 2 de julio.
Y es una alegría hacer un regalo que haga mucha ilusión.
A pesar de todo “The eye of the enemy is moving“
Pequeño lobo
En el día de ayer, por gentileza de Andrés, Ruth y Sergio, fuimos a ver X-Men Origins: Wolverine (soy así de pedante y pongo el título en inglés).
Me encantan las dos primeras películas de X-Men. Bryan Singer consiguió trascender el mero entretenimiento de película de acción y superheroes. Realizó dos películas que hablaban sobre el hecho de ser diferente, cómo enfrentarse a la sociedad que te aparta por ese hecho y nos hacía ver que hay múltiples maneras de enfrentarse a esa diferencia. Tampoco es que fuese Bergman, pero apuntó hacia las películas de acción inteligentes. Sin estas X-Men Chistropher Nolan nunca habría hecho The Dark Knight.
De la tercera me olvidé tal como la vi. Ni siquiera me acuerdo si me aburrió o me entretuvo. Indiferencia total.
Y me temo que algo parecido me pasará con esta Wolverine. Sí, está distraida, no miras el reloj mientras pasa, pero no deja poso. Que sí, que ya sé que es Wolverine que tampoco hay que pedirle peras al olmo. Pero es que lo que yo vi fue una película carente de emoción. A una película de acción le pido que me emocione en las tripas: que me remueva y me zarandee. Y aquí no hay nada de eso. La acción es epidérmica y todo termina pasando porque sí. No hay personalidad en la puesta en escena (¿Quién es Gavin Hood?)y los personajes tampoco es que sean el colmo de la psicología humana (¿Por qué el hermano de Wolverine es malo?). Después los efectos especiales son en ciertos momentos como de película de serie B. Está claro que Hugh Jackman es un tío carismático y que está como un tren, pero no es suficiente.
Así que ya sabemos por qué Wolverine tiene esqueleto de adamantio y no se acuerda de nada. Pues vale.
Hoy estoy cansado. Cansado hasta para dormir. He estado un rato mirando fijamente el portatil, sin hacer nada en concreto. Y eso que tengo mucho que hacer. Y eso me cansa más. Intentar avanzar y que las neuronas no te respondan. Hoy me voy pronto a la cama.
Estos días la sonrisa, más bien carcajada, ha venido propiciada por este señor. Un genio.