Definir la cultura: políticas e industrias culturales

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A la hora de hablar de cultura y del papel de las industrias y políticas culturales nos vemos en la necesidad de alumbrar algunas definiciones que nos permitan pisar suelo seguro para tener claro sobre qué reflexionamos, ya que “las palabras más trascendentes de un idioma y con mayor fuerza simbólica acusan una carga de ambigüedad superior y […] cultura es, sin duda, una de esas palabras” (Gomá, 2018). En este breve ensayo confrontaremos algunos ejemplos que ponen de manifiesto el papel de las políticas culturales a la hora de legitimar propuestas y cómo entran en contacto con el factor industrial y económico.

En primer lugar, podemos afirmar que cultura ya no es un término que se encuentre exclusivamente ligado a un área geográfica, como suele estudiarse en antropología (Birukou et al., 2013). Pero en el terreno que nos atañe, sobre todo el de las políticas culturales, la geografía adquiere vital importancia, ya que las instituciones pisan un suelo concreto partiendo de preceptos universales: “a nivel supranacional, internacional y nacional, la igualdad de género y la conciencia climática, mejor o peor entendidas, han adquirido tal relevancia en las prioridades políticas que a nadie extraña ya su presencia” (Beirak, 2022, p. 31). Pero no podemos olvidar que las políticas culturales establecidas por las instituciones públicas tienen la capacidad de limitar al imponer normas y regulaciones restrictivas que logren impedir la creación y difusión de obras y expresiones culturales, sobre todo aquellas que sean más molestas para el statu quo. Volviendo a Goma, tomaremos su definición que afirma que las políticas culturales se concretan por “la acción de las administraciones públicas” y sus “accio­nes de policía, de fomento y de ser­vicio público” (Gomá, 2018).

En cuanto a la definición de las industrias culturales no podemos separarla de las políticas públicas, ya que sus procesos en innumerables ocasiones están sujetos a los vaivenes de las administraciones, ya sea a través de subvenciones, exenciones fiscales o el simple desentendimiento, que, reconozcámoslo, también es un modo de actuación por omisión. De este modo, las industrias culturales propician un panorama de “estandarización de sus modos de producción” (Horkheimer & Adorno, 1998, p. 199), creando una “cultura legítima” (Bourdieu, 1979),  que provoca un beneficio, rasgo imprescindible del sistema capitalista en el que se sitúa el debate. Sin entrar en disquisiciones partidistas, queda claro que la tensión entre políticas culturales y su carácter industrial es un aspecto irresoluble.

Todos estaremos de acuerdo en que las políticas culturales pueden y deben fomentar la diversidad cultural y apoyar a las comunidades minoritarias, de forma que no se cree un estado de homogeneización como el que apuntaban Horkheimer y Adorno. Esto incluye la financiación de eventos y actividades culturales, la promoción de la educación y la formación en temas culturales y la protección y preservación del patrimonio cultural. Pero como destacamos al citar a Bourdieu, la realidad nos presenta que no todas las propuestas culturales se legitiman socialmente de la misma forma, y que, aunque las instituciones participen en el patrocinio de muchas de ellas, queda claro que el precio que estamos dispuestos a pagar no es siempre el mismo.

En este caso encontramos en la ciudad de Málaga un par de ejemplos claros de fricción entre lo económico (industrial) y lo tradicional (cultural): primero, en las procesiones religiosas que chocan con los intereses de los comerciantes (La Opinión de Málaga, 2023); y segundo en la celebración de un festival musical que molesta a vecinos durante tres días (20minutos, 2022), mientras que las procesiones de Semana Santa ocupan y modifican el tráfico de toda la ciudad durante más de una semana con el apoyo de las instituciones y con nulas protestas. Siguiendo con el ejemplo de Málaga, otra tensión que ha modificado en la última década el tejido ciudadano es el de la expansión del turismo cultural, problema que también afecta a otra ciudad como Barcelona (Público, 2022). La política cultural propiciada por el Ayuntamiento de Málaga y su proyecto de La Ciudad de los Museos (Ayuntamiento de Málaga, 2022) ha permitido que “en 10 años, se haya pasado de 4 a 37 museos, de los que sólo 17 son de propiedad pública, el resto son iniciativas privadas o de la Iglesia” (CIDEU, 2020). Sin embargo, el éxito de este proyecto cultural ha traído consigo un desplazamiento de la población malagueña del centro histórico (La Opinión de Málaga, 2019) que ha visto insoportable el auge del turismo en sus calles, así como el aumento de precio de los alquileres y la proliferación de pisos turísticos.

C Tangana Málaga

Cuando en abril de 2020, en pleno confinamiento provocado por la pandemia de la COVID-19, se propuso desde la Unión de Actores y otras asociaciones culturales un apagón cultural (Última Hora, 2020) para protestar por la falta de medidas del gobierno de España quedó patente que los términos se estaban confundiendo y surgía la pregunta de “¿Por qué dicen apagón cultural cuando se refieren a cesar la actividad de la industria cultural?” (Jorge Romero, 2020). En aquella huelga cultural, finalmente desconvocada, se proponía la sacralización de la palabra cultura como ese lugar común elevado y trascendente, en cuyo nombre se puede, como hemos mencionado modificar la fisionomía de una ciudad, confundiendo su espíritu transformador. En esos días el mundo de la cultura cayó en el ensimismamiento al que hace mención Beirak no logrando “superar la clásica alianza tendida entre cultura y economía para ponerla en relación con los movimientos transformadores” (Beirak, 2022, p. 35).

Es evidente que las industrias y las políticas culturales tienen un impacto significativo en la cultura, y su papel es a la vez limitante y potenciador. Pero, aun así, podemos concluir que la cultura, ya sea fomentada por políticas públicas o generada por sus actores industriales, en lugar de buscar un cambio del sistema que nos beneficie a todos, lo que hacen es ensimismarse y envolverse en su misma palabra, más pendiente del rédito económico y la legitimación social. Para concluir, recordemos la mención que Jazmín Beirak hacía sobre la relevancia de la igualdad de género y la conciencia climática: No hemos encontrado ni rastro de ellas en las expresiones culturales mencionadas.

Bibliografía

20minutos. (2022, septiembre 9). Quejas de los vecinos de Málaga por el alto volumen de C. Tangana en el Andalucía Big Festival: «¡Para qué pagar entrada!» 20 minutos. https://www.20minutos.es/noticia/5053916/0/quejas-de-los-vecinos-de-malaga-por-el-alto-volumen-de-c-tangana-en-el-andalucia-big-festival-para-que-pagar-entrada/

Ayuntamiento de Málaga. (2022, marzo 23). Málaga, la ciudad de los museos. Ayuntamiento de Málaga. https://visita.malaga.eu/es/que-ver-y-hacer/blog/malaga-la-ciudad-de-los-museos-p1633

Beirak, J. (2022). Cultura hoy, futuro mañana. En Cultura ingobernable. Ariel.

Birukou, A., Blanzieri, E., Giorgini, P., & Giunchiglia, F. (2013). A Formal Definition of Culture. En K. Sycara, M. Gelfand, & A. Abbe (Eds.), Models for Intercultural Collaboration and Negotiation. Advances in Group Decision and Negotiation (Número 6, pp. 1-26). Springer, Dordrecht. https://doi.org/10.1007/978-94-007-5574-1_1

Bourdieu, P. (1979). La distinción. Criterios y bases sociales del gusto. Grupo Santillana de Ediciones.

CIDEU. (2020). Málaga Ciudad de los Museos: Donde Habita el Arte. CIDEU. https://www.cideu.org/proyecto/malaga-ciudad-de-los-museos-donde-habita-el-arte/

Gomá, J. (2018, enero 13). ¿Qué significa hoy la palabra ‘cultura’? La Vanguardia. https://www.lavanguardia.com/cultura/20180113/434230496386/javier-goma-pero-quien-de-verdad-vive.html

Horkheimer, M., & Adorno, T. (1998). La industria cultural. Ilustración como engaño de masas. En Dialéctica de la ilustración (3.a ed.). Editorial Trotta.

Jorge Romero, P. (2020, abril 12). ¿Por qué lo llaman cultura cuando quieren decir industria de la cultura? https://www.youtube.com/watch?v=gfGkEC1jj4Y

La Opinión de Málaga. (2019, julio 8). Los problemas del turismo en el casco histórico de Málaga se expanden al Soho. La Opinión de Málaga. https://www.laopiniondemalaga.es/malaga/2019/07/08/problemas-turismo-casco-historico-malaga-27761485.html

La Opinión de Málaga. (2023, abril 11). Comercio levanta 93 actas a establecimientos hosteleros de Málaga durante la Semana Santa. La Opinión de Málaga. https://www.laopiniondemalaga.es/malaga/2023/04/11/comercio-levanta-93-actas-establecimientos-85843207.html

Público. (2022, junio 29). ¿Se puede limitar el turismo masivo en Barcelona? https://www.publico.es/sociedad/limitar-turismo-masivo-barcelona.html

Última Hora. (2020, abril 10). Apagón cultural de 48 horas en las redes. Última Hora. https://www.ultimahora.es/noticias/cultura/2020/04/10/1156103/coronavirus-espana-apagon-cultural-horas-redes.html