Escuchar sin juzgar
Vivimos en una sociedad del TODO MAL. Yo, por ejemplo, estoy acostumbrado a escuchar la misma cantinela: “Oye, pues te veo muy bien”. Me la decía todo el mundo hasta cuando estaba hospitalizado y me la dicen ahora cada dos por tres. De hecho, es muy raro que alguien me pregunte “¿cómo estás?”. En cierto modo hay una parte de pudor pero hay otra parte que en realidad no quiere oír nada malo. En realidad, nadie quiere oír las movidas chungas de otro. Cuando estaba con depresión un antiguo amigo…read more